Hola a todos.
Sí, ya sé que no escribo mucho aquí. La verdad es que uso este blog más como un lugar donde recopilar información y enlaces de mis novelas, que como un lugar donde publicar entradas.
Así que, sin abandonar mi línea, si hoy aparezco por aquí es para anunciar el reciente lanzamiento de mi última novela, "La suerte de los idiotas". deciros que con ella empiezo nueva serie (aunque seguiré con la línea de que cada libro se pueda leer de manera independiente), cambio de policía (de Eva Santiago a Lucas Acevedo) y también de registro literario (me paso de la novela policíaca de intriga escrita en tercera persona a la novela negra clásica escrita en primera).
Por supuesto, os invito a leerla y os dejo sinopsis, preámbulo y portada.
Sinopsis: "Lastrado por una última misión policial en Madrid que no acabó de la mejor manera, el policía Lucas Acevedo regresa a Galicia para poner en orden su cabeza. Cuando cree que lo ha conseguido, una noche conoce a una mujer que le hará plantearse la solitaria existencia que ha llevado hasta entonces. Sin embargo, pronto se complican sus planes. Mucha gente comienza a morir en su entorno y, en el momento en que se da cuenta de que él también está en el punto de mira, tendrá que librar una batalla de la que no conseguirá salir indemne".
Preámbulo: "Alguien dijo una vez que todo hombre sensato necesita a su lado a un perro que lo halague y un gato que lo ignore. Y yo, por entonces, solo tenía como compañero de ático a Edward, un precioso persa negro que una noche de verano se coló por la claraboya de mi cocina en busca de algo que llevarse a la boca. Desde aquel día, se había adherido a mi soledad con la discreción de quien no pretende hacerse notar.
Nunca pensé que, con el tiempo, llegara a comerse también mi sensatez.
Supongo que ninguno de los dos sospechábamos que un puñado de idiotas nos acechaban a la vuelta de la esquina. Agazapados, maquinando con su mente poco y mal desarrollada para saltar sobre nosotros convencidos de su justicia.
Los idiotas están por todos lados. Camuflados detrás de su aspecto inofensivo, sobreviven, se alimentan y crecen gracias a la oportunidad que les concedemos de meterse en nuestra vida, de extenderse por ella, de taparla, arruinarla y contaminarla igual que lo haría una mancha de aceite en medio del océano. Del mismo modo cruel y minucioso que un virus infecta y coloniza un organismo sano hasta asfixiarlo.
El día que ese puñado de idiotas entraron en mi debilitada existencia exprimieron su suerte, sembraron odio y destrucción a su alrededor y, para cuando conseguí recobrar la sensatez, también se habían llevado consigo mi ilusión, mi esperanza y hasta casi mi propia vida. Porque cuando a un idiota le pones un arma en la mano, sus idioteces suelen resultar mortales.
Esta es mi historia y ni siquiera sé cómo estoy vivo para contarla".
Feliz semana.
Roberto.